En el competitivo mundo del marketing, la clasificación de productos no es una mera formalidad; es una herramienta estratégica fundamental para el éxito. Una correcta clasificación permite a las empresas comprender mejor a sus consumidores, optimizar sus estrategias de marketing, y, en última instancia, aumentar sus ventas. Este artículo explorará las diversas maneras en que se pueden clasificar los productos, desde las perspectivas del consumidor y del productor, analizando los diferentes criterios y sus implicaciones. Abordaremos la clasificación desde lo particular hacia lo general, ofreciendo una visión completa y accesible tanto para principiantes como para profesionales del marketing.
Antes de adentrarnos en las grandes clasificaciones, es crucial comprender los diferentes niveles de un producto. No se trata solo del objeto físico en sí, sino de la experiencia completa que se ofrece al consumidor.
Este es el nivel más fundamental, la necesidad o problema que el producto resuelve. Por ejemplo, en el caso de una botella de agua, el producto básico es la hidratación. En un teléfono inteligente, es la comunicación y el acceso a la información.
Aquí se detallan las características físicas y funcionales del producto: tamaño, diseño, calidad, materiales, etc. En el caso del agua, sería el tipo de agua (mineral, purificada), el tamaño de la botella, su material y diseño. Para el teléfono, serían las especificaciones técnicas, la marca, el sistema operativo.
Este nivel engloba todos los servicios adicionales que complementan al producto real, incrementando su valor percibido; Para el agua, podría ser la comodidad de comprarla en una tienda cercana, un diseño atractivo de la botella, o incluso un mensaje de responsabilidad social en el etiquetado. En el teléfono, se incluiría la garantía, el servicio postventa, las aplicaciones preinstaladas, y la experiencia de usuario.
Esta clasificación se centra en cómo el consumidor utiliza y percibe el producto.
Estos productos se adquieren con frecuencia, sin mucha planificación ni comparación. Ejemplos: alimentos, bebidas, artículos de limpieza. La estrategia de marketing se centra en la disponibilidad y la visibilidad del producto.
Se compran con menos frecuencia y requieren una mayor comparación entre diferentes marcas y modelos. Ejemplos: electrodomésticos, ropa, muebles. La estrategia de marketing enfatiza las características y beneficios del producto, así como la relación calidad-precio.
Los consumidores buscan activamente estos productos y están dispuestos a hacer un esfuerzo extra para adquirirlos, mostrando una alta fidelidad a una marca específica. Ejemplos: coches de lujo, productos de alta tecnología, marcas de diseño. La estrategia de marketing se enfoca en la exclusividad, la imagen de marca y la experiencia del cliente.
Los consumidores generalmente no buscan estos productos hasta que los necesitan, como seguros, servicios funerarios o productos relacionados con la salud. La estrategia de marketing requiere un esfuerzo adicional para crear conciencia y generar demanda.
Esta clasificación distingue entre productos destinados al consumidor final (B2C — Business to Consumer) y aquellos dirigidos a otras empresas (B2B ⎻ Business to Business).
Ya se han descrito en la clasificación anterior. Incluyen todos los bienes de consumo, desde bienes de conveniencia hasta bienes de especialidad.
Estos productos se utilizan en la producción de otros bienes o servicios, o para el funcionamiento de una organización. Se pueden clasificar en:
Esta clasificación se basa en la vida útil del producto y su naturaleza física.
Productos con una vida útil superior a tres años, como automóviles, electrodomésticos, muebles.
Productos consumidos o usados rápidamente, como alimentos, bebidas, productos de limpieza.
Productos intangibles que se consumen simultáneamente a su producción, como servicios de consultoría, educación, atención médica.
Existen otras formas de clasificar los productos, dependiendo del contexto y los objetivos de la estrategia de marketing:
La clasificación de productos en marketing es un proceso dinámico y complejo, que requiere una comprensión profunda del mercado, del consumidor y de las estrategias de la empresa. No existe una única forma "correcta" de clasificar los productos; la mejor estrategia dependerá del contexto específico y los objetivos de marketing. Sin embargo, al comprender los diferentes criterios y sus implicaciones, las empresas pueden desarrollar estrategias más efectivas para alcanzar sus metas comerciales. La clave reside en una visión holística que integre todos los aspectos de la clasificación, desde el producto básico hasta el producto aumentado, y desde las necesidades del consumidor hasta las estrategias de la competencia.
Tags: #Marketing
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